¿Sabes?
Eres el rayo que asoma tras un nubarrón dando un respingo de luz.
Tan cálido y esperanzados como ese rayo de sol.
Creces y creces hasta hacerte fuerte y magnífico como las plantas.
Tú, que nunca dudas,
al verte feliz, mi mundo oscuro encuentra la salida...
La salida hacia ti.
Tú, que ahora sonríes frente a mí,
regalándome felicidad,
has sido capaz de arrastrarme hacia una vida,
en la que puedo ser yo, juntos.
¿Sabes?
Me haces sentir tan libre y especial, cual pájaro en el cielo.
Con tu grácil caminar y las hermosas plumas que desprenden tus alas.
Qué afortunado es el cielo de poder tenerte siempre junto a ellos.
Qué afortunada soy de haberte conocido.