Como si gritara, me recorría todo el cuerpo un sentimiento frío y a la vez cálido, cómo explicar algo que no sabes qué es, sería mentira todo lo que yo diga, no estaría contando la verdad, no sería capaz de hacerlo porque, no la conozco.
Lágrimas que caen de mis ojos, lágrimas invisibles al resto del mundo, visibles solo para aquellos que sientan lo mismo, que tengan las mismas cicatrices. Por mi cara, lágrimas, en cada una un recuerdo que se extinguía con ellas, y de repente, nada. No está oscuro, es todo lo contrario hay inmensidad de luz. Mire para donde mire solo encuentro, vacío. Intento gritar pero no tengo voz, intento salir pero no encuentro salida.
Me recorría todo el cuerpo un sentimiento frío y a la vez cálido, cómo explicarlo...de repente, esa inmensa luz vacía me mostraba una mano a la que sin darme cuenta ya había llegado y la había alcanzado. En lo más profundo de mi interior había logrado salir de ese horrible vacío y llenar ese espacio con la persona que me ofreció compartir mi vida, con la suya, su amor, con el mío.
Ahora me giro hacía él y puedo sonreír,
y llorar por lo feliz que me ha hecho.