Sueño durante la noche y el día en que algún día, puedas decirme tus verdaderos sentimientos. Cuando seas capaz de mirarme a los ojos y decir que realmente me amaste, no creo que sonría, seguramente lo que aparecerá en mi cara serán lágrimas. Pero no te confundas, serían las lágrimas más hermosas que jamás haya derramado por ti, unas lágrimas que me encantaría seguir derramando si es por una razón como esa. Porque, no importa cuánto llore, tú seguirás abrazándome contra tu pecho hasta que pueda levantar la cabeza y consumirme contigo para siempre. ¿Será cosa del destino el habernos juntado?. Estoy segura, el destino es cruel a veces, nos otorga la felicidad y lo más preciado para nosotros y de repente nos lo arrebata o nos separa de ello. Realmente sigo creyendo, en que tú no formas parte de mi destino, sino de nuestro destino. No importa cuánto tiempo estés lejos de mí, no importa cuánto tiempo pase sin ver tu rostro, no importa cuánto tiempo espere para volver a encontrarme contigo, porque si es cierto que estamos unidos por el hijo rojo del destino, sin duda nos volveremos a encontrar.
Hay algo en la vida que es imprescindible. Puede que ahora no le encuentres sentido, que sea tan doloroso que tu corazón no llegue a soportarlo,y aun así, tal vez sea lo que te haga más feliz. Es importante que sepas como atesorarlo porque nunca sabes cuándo desaparecerá de tu lado.
