A veces te derrumbas. Te encuentras encogido en un sinfín de túneles que no llevan a ninguna parte. Cualquier lado al que mires no ves nada, ningún destello de luz, ninguna posibilidad de salir...
¿Dónde fue la esperanza cuando la quise encontrar? Huyó lejos, lejos de algo imposible.
A veces rompes a llorar. Tu llanto resuena en los muros, sube al cielo y estalla; esperas algo que te de fe y te deje volver a soñar con un nuevo día de verdad...pero nunca llega.
¿Es que jamás podrás salvarte de este laberinto?
Tan solo miro a la nada. Por primera vez te veo en frente de mí, difuminado con la extensa oscuridad que nos une. Por qué estás aquí. Quiero llegar hasta ti, no me importa perderme entre las tinieblas, caer al vacío y desaparecer, simplemente quiero llegar a ti. Abrazarte fuerte y dejarte sentir la calidez que siento, decirte alto y claro que no estás solo en esto, que estamos juntos y que jamás te dejaré de nuevo;
No llores, mi vida. Tu silencioso llanto me inunda de tristeza, tus lágrimas caen sobre mí mientras soporto mi lamento;
Lo siento, mi vida. Debí haberte guiado mejor, tal vez necesitaste más de mi amor. Si pienso en que has estado solo e indefenso sin poder apoyarte en alguien, siento como mi alma arde.
Siempre estaré a tu lado. Cuando esté tan oscuro recuerda que yo me hundo en el mismo sufrimiento. Al igual que los pájaros corren libres por el cielo, nosotros nos alzaremos en este momento. Sacaremos nuestras armas más escondidas del corazón y nos iremos de este infierno. Cada pluma en tus alas son pedazos de tu vida, pedazos de dolor, agonía, lloros, sufrimientos, falta de amor, de cariño, ausencia de esta llamada esperanza que tanto perseguimos... al alzarse en el cielo acabado cada una de ellas se convierte en estrellas, cada parte de ti te enseña el camino de vuelta.
Y estoy contigo. Sujetando tu amargura para que no te des por vencido, para que puedas ir superando todo mientras ves destellos que tú mismo has creado.
No te dejes engañar, eres fuerte, puedes con todo.
