Me gusta recordarte en mis momentos de vacío.
Recordé que reíamos tanto, tanto...
que las únicas que derramaba eran de alegría.
Y recordé el momento en que corríamos de la mano,
sin saber lo que hacíamos,
jugábamos como los niños que éramos.
Cuando caímos al suelo
siempre lo hacíamos juntos.
El hecho de no separarnos
ni por un segundo.
Cuando nos despedíamos
no decía nada,
cabizbaja,
pues no quería soltarte.
Tú me sonreías, "hasta mañana".
Brillabas tanto que me deslumbrabas.
Entonces crecimos.
Algo cambió en nosotros.
Me mirabas y tus orejas se enrojecían,
mis ojos se fijaban en los tuyos,
nuestras pupilas se dilataban...
Y recordé el momento en que nos volvimos a coger de la mano,
mi corazón estuvo por detenerse.
"¿Siempre se sintió así?" pensé.
No. Sentíamos miedo ante este
sentimiento tan desconocido.
El primer beso.
No aquel que me dabas en la mejilla,
con el que se te escapaba una sonrisa pícara
y me mirabas con ternura y delicia.
El primer roce de labios.
Lento, torpe, frío y divertido.
Cogidos de la mano,
sin nunca soltarnos.
Los años pasaron.
Nuestros ojos aún brillaban
tumbados en la cama,
jugando a las miradas.
Nos besábamos,
nos amábamos,
nos acostumbramos al amor,
pero solo entre los dos.
Recordé que reíamos tanto, tanto...
que las únicas que derramaba eran de alegría.
Y recordé el momento en que corríamos de la mano,
sin saber lo que hacíamos,
jugábamos como los niños que éramos.
Cuando caímos al suelo
siempre lo hacíamos juntos.
El hecho de no separarnos
ni por un segundo.
Cuando nos despedíamos
no decía nada,
cabizbaja,
pues no quería soltarte.
Tú me sonreías, "hasta mañana".
Brillabas tanto que me deslumbrabas.
Entonces crecimos.
Algo cambió en nosotros.
Me mirabas y tus orejas se enrojecían,
mis ojos se fijaban en los tuyos,
nuestras pupilas se dilataban...
Y recordé el momento en que nos volvimos a coger de la mano,
mi corazón estuvo por detenerse.
"¿Siempre se sintió así?" pensé.
No. Sentíamos miedo ante este
sentimiento tan desconocido.
El primer beso.
No aquel que me dabas en la mejilla,
con el que se te escapaba una sonrisa pícara
y me mirabas con ternura y delicia.
El primer roce de labios.
Lento, torpe, frío y divertido.
Cogidos de la mano,
sin nunca soltarnos.
Los años pasaron.
Nuestros ojos aún brillaban
tumbados en la cama,
jugando a las miradas.
Nos besábamos,
nos amábamos,
nos acostumbramos al amor,
pero solo entre los dos.
"Ten cuidado con lo que deseas, se puede hacer realidad"
Jamás dejaré de desear,
que volvamos a empezar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ESPERO QUE TE HAYA GUSTADO ♥